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lunes, agosto 24, 2009

“NO PUEDO OÍR UN GRITO SIN ACUDIR”, una respuesta a la violencia



No puedo oír un grito sin acudir, estas palabras serían una respuesta a la violencia que viven muchas mujeres, niños y adolescentes. La grave presencia de la violencia en las relaciones interpersonales y las dificultades de acceso a la justicia, debido a la burocracia y al sistema judicial, terminan por hacer frágiles a las personas que sufren por tales hechos.

En nuestra sociedad hay muchas creencias que contribuyen a pensar que es normal que la mujer sea maltratada, y han contribuido en gran manera al avance de la violencia en los hogares, pero no solo ha sido eso; hasta 1984 el código civil peruano sostenía que el varón era el jefe del hogar, al que le correspondía una serie de atribuciones, esta regla tenia una base en la antigüedad del pensamiento de nuestra cultura, en donde se le daban al varón la potestad de mandar y corregir a los que están bajo su mando y este derecho de corregir le daba la atribución de poder ejercer algún tipo de violencia contra los miembros del hogar que eran los niños y las mujeres.

En algún momento de su vida, una mujer fue victima de violencia física o psicológica, según la policía, las agresiones de parejas son continuas, a diario suman más de 10 las denuncias que se reciben (Fuente: Comisaría del Distrito de Chilca - Huancayo). La mayoría de los agresores son machistas y las agraviadas suelen callar o perdonar los abusos porque temen quedarse solas con sus hijos, las afectadas refieren que los maltratos en los hogares se dan por celos o problemas económicos.
En el distrito de Chilca, se registra la mayor cantidad de casos de violencia familiar. Los índices de casos registrados por la Comisaría de Chilca y Defensoría de la Mujer el Niño y el Adolescente (Demuna) revelan que la violencia familiar en los hogares del distrito de Chilca es cada vez más preocupante, la recepción de las denuncias han ido en aumento con relación a meses anteriores. Asimismo la línea policial 105 recibe 40 llamadas por hora de las cuales la mitad de ellas son llamadas para reportar un caso de violencia familiar observando que la mayoría de agresores actúan ebrios, como se sabe el alcoholismo es una causa importante de la violencia unido al machismo de la sociedad. (Fuente: Policía Nacional del Perú)

La violencia contra las mujeres ha sido calificada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) como el crimen encubierto mas generalizado en el mundo, como un atentado contra los derechos humanos que tiene múltiples manifestaciones, pues una persona que es violentada durante su vida, difícilmente supera los traumas causados por ello
“las vivencias que una niña tiene en la infancia quedan grabadas y por la ley del inconciente las personas tienden a repetir las mismas vivenciadas en la infancia y hasta que no son concientes de ellas no cambian su estado” , estos hechos se han convertido en un problema de salud pública por la gravedad de las consecuencias que genera en las personas que sufren de ella, “esposos violentos que descargan su rabia contra sus mujeres e hijos, hacen que se reclamen por justicia que cruce todos los sectores sociales", señala la Dra. Carmen Gonzáles.

Que se escuche el testimonio de las mujeres en los medios de comunicación es evidenciar que el problema existe, hacer oír sus voces implica para ellas el ejercicio de su ciudadanía. El hablar y denunciar permite compartir ideas, pensamientos y sentimientos de modo que puedan construir una nueva mirada sobre si mismas y mejorar su relación con los demás.
El derecho a la justicia y para ello ¿qué debe hacer la sociedad? Cabe una respuesta compleja, sin embargo, desde nuestra posición de ninguna manera dejemos pasar por alto un acto de violencia, parar la impunidad y preguntarnos a diario y personalmente ¿qué hacemos para que la violencia no exista? respondernos como alguien lo hizo “No puedo oír un grito sin acudir”.

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